Cuando cae la noche se inicia la procesión del Silencio, de gran solemnidad y belleza. Procesionan los cofrades de San Juan, pero esta vez portan en sus manos unos faroles con vela encendida en vez de las cruces que procesionan el Miércoles Santo.
Al igual que los faroles, se modifica la imagen que procesionan, pues en esta procesión portan el paso de la Tercera Palabra, consistente en Cristo Crucificado y, a sus pies, la Virgen María y el apóstol San Juan. Procesionan también la imagen de la Verónica, con el paño con el que le fue lavada la cara a Cristo.