Procesiones La Procesión del Santo Encuentro

Este día simboliza el Encuentro entre Jesús, su madre y su discípulo amado, San Juan. Participan en esta procesión tres cofradías, cada una de ellas portando una imagen implicada en dicho encuentro.

Cuando cada una de las citadas cofradías ha salido ya desde su sede, se reúnen todas en la plaza del Ayuntamiento —plaza de España—, entrando primero la imagen de Jesús de Galiana, luego la Virgen Dolorosa y, por último, el discípulo amado, San Juan Evangelista, procediéndose al sermón del encuentro, que corre a cargo del cura párroco. En el transcurso del mismo, se pronuncian las frases de «Madre, ahí tienes a tu hijo», «Hijo, ahí tienes a tu madre», en referencia a las palabras pronunciadas por Cristo referidas a San Juan y a la Virgen María. Terminado el sermón, se continúa con la procesión por las calles del casco histórico avilesino; una vez finalizada, se canta la Salve Popular a la Virgen Dolorosa junto a la iglesia románica de San Nicolás de Bari.

 

La procesión del Silencio

Son aproximadamente las 20.30 horas del Jueves Santo cuando se inicia la procesión del Silencio, de gran solemnidad y belleza. Procesionan los cofrades de San Juan, pero esta vez portan en sus manos unos faroles con vela encendida en vez de las cruces que procesionan el Miércoles Santo.

Al igual que los faroles, se modifica la imagen que procesionan, pues en esta procesión portan el paso de la Tercera Palabra, consistente en Cristo Crucificado y, a sus pies, la Virgen María y el apóstol San Juan. Procesionan también la imagen de la Verónica, con el paño con el que le fue lavada la cara a Cristo.

 

La procesión del Santo Entierro

El Viernes Santo, en la campa de la iglesia de San Nicolás de Bari, se celebra el sermón del Desenclavo, y se escenifica el descendimiento de Cristo de la Cruz, antes; tras él se da comienzo a la procesión del Santo Entierro.

Abre la procesión la Cofradía del Santísimo Cristo de Rivero y San Pedro Apóstol con el paso de Jesús atado a la columna y azotado por los judíos. Tras ellos procesiona la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de Galiana con el Nazareno con la Cruz a cuestas. Les sigue la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Esperanza, con el paso del Santísimo Cristo de la Agonía, imagen de 1941 —la más antigua de las que desfilan en Avilés—, y con María Magdalena a los pies de la Cruz.

La Cofradía de San Juan, que procesiona tras la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Esperanza, porta la imagen del apóstol a lomos de sus cofrades, teniendo un papel muy destacado cuando la procesión llega a su fin, con un ritual extremadamente bonito, arriesgado y sobrecogedor que cita a un grandísimo número de fieles, que siguen la procesión, en la plaza de Domingo Álvarez Acebal, para ver la reverencia, consistente en el saludo que le realiza el apóstol San Juan a la Virgen Dolorosa en señal de respeto a la Madre de Dios. Los cofrades de las primeras filas que portan el paso de San Juan hincan la rodilla en el suelo mientras que los cofrades de la parte posterior elevan la parte trasera del paso. Tres cofrades, de los más de doscientos que procesionan, portan en sus manos la corona de espinas, los clavos y el INRI, que fueron recogidos en la ceremonia del desenclavo.

Tras la Cofradía de San Juan procesionan, en este orden, la Hermandad del Santo Entierro y Nuestra Señora del Gran Dolor con una urna de cristal con la imagen del Cristo Yacente, obra de unos afamados talleres de Santiago de Compostela, corriendo el diseño y realización de la urna a cargo del artista avilesino Horacio Núñez; le sigue la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores y una representación con bandera de la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y de la Santa Vera Cruz.

Acompañan a cada una de las cofradías sus respectivas bandas de tambores y timbales, así como la Banda de Música de Avilés.

Cierra la procesión una representación de las siete cofradías participantes junto con las autoridades locales y el clero.